jueves, 13 de julio de 2017

Motores de dos tiempos con inyección, una historia que viene de lejos

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Los dos tiempos se resisten a morir, sobre todo en motos destinadas al off-road, tanto en motocross como enduro o trial. Si bien es cierto que todavía cuentan con ventajas sobre los cuatro tiempos como un menor peso y mayor sencillez mecánica (aunque se ha ido reduciendo notablemente en los últimos años), su mayor consumo y emisiones han sido el lastre con el que ha tenido que luchar en la última década.

Aunque los fabricantes han hecho auténticas virguerías para homologar sus modelos de dos tiempos a las normativas actuales, incluyendo la Euro 4, el punto donde más margen de mejora tienen es en la inyección electrónica. Curiosamente, un sistema que funciona a la perfección en los motores de 4 tiempos pero que sigue dando quebraderos de cabeza en los 2 tiempos.

Y es que el hecho de que el aceite que sirve de lubricante para las partes internas del motor se queme en el interior al mismo tiempo que el cruce entre mezcla fresca y quemada haga expulsar hidrocarburos por el escape, aumenta tanto las emisiones como el consumo de combustible. Algo que no es bueno ni para cumplir las normativas, ni para el bolsillo.

El funcionamiento es relativamente sencillo de explicar. El combustible no se inyecta junto al aire y el aceite como en un carburador sino que sólo entra aire y aceite, el cual lubrica el cárter. Tras pasar a la cámara de combustión y cerrarse la lumbrera de escape, entonces el inyector atomiza el combustible antes de producirse la explosión. Los gases quemados salen por el escape mientras entra el aire fresco con el aceite que, escapa en pequeña proporción pero sin contener hidrocarburos sin quemar porque todavía no se han inyectado. Tras un par de años en el mercado, la Ditech no tuvo continuidad y acabó por desaparecer.

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