Los dos tiempos se resisten a morir, sobre todo en motos destinadas al
off-road,
tanto en motocross como enduro o trial. Si bien es cierto que todavía
cuentan con ventajas sobre los cuatro tiempos como un menor peso y mayor
sencillez mecánica (aunque se ha ido reduciendo notablemente en los
últimos años), su mayor consumo y emisiones han sido el lastre con el
que ha tenido que luchar en la última década.
Aunque los fabricantes han hecho auténticas virguerías para homologar
sus modelos de dos tiempos a las normativas actuales, incluyendo la
Euro 4, el punto donde más margen de mejora tienen es en la
inyección electrónica.
Curiosamente, un sistema que funciona a la perfección en los motores de
4 tiempos pero que sigue dando quebraderos de cabeza en los 2 tiempos.
Y es que el hecho de que el aceite que sirve de lubricante para las
partes internas del motor se queme en el interior al mismo tiempo que el
cruce entre mezcla fresca y quemada haga expulsar hidrocarburos por el
escape,
aumenta tanto las emisiones como el consumo de combustible. Algo que no es bueno ni para cumplir las normativas, ni para el bolsillo.
El
funcionamiento es relativamente sencillo de
explicar. El combustible no se inyecta junto al aire y el aceite como en
un carburador sino que sólo entra aire y aceite, el cual lubrica el
cárter. Tras pasar a la cámara de combustión y cerrarse la lumbrera de
escape, entonces el inyector atomiza el combustible antes de producirse
la explosión. Los gases quemados salen por el escape mientras entra el
aire fresco con el aceite que, escapa en pequeña proporción pero sin
contener hidrocarburos sin quemar porque todavía no se han inyectado.
Tras un par de años en el mercado, la Ditech no tuvo continuidad y acabó
por desaparecer.
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